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¿Por qué sube el dólar?



En los ultimos meses hemos escuchado como el dólar comienza a tomar fuerza frente al peso, pero esto ¿en que nos afecta? bueno ocurre que

Hemos observado una tendencia alcista sostenida en el tipo de cambio en México desde el pasado de junio. El peso mexicano se ha depreciado en alrededor de 23 por ciento desde 12.85 hasta un máximo que se tocó hace unos días de 15.90 pesos por dólar. Esta tendencia devaluatoria no es un fenómeno particular de nuestra moneda, sino que es un fenómeno generalizado en todo el mundo.

Existen dos principales fuerzas que inciden en fortalecer al dólar: por una parte tenemos una muy importante inyección de liquidez que proviene de fuentes distintas al dólar como el euro y el yen. Por la otra, se tiene la expectativa del próximo inicio de un ciclo de alza en las tasas de interés en dólares, por parte de la Reserva Federal.

Hace unas semanas un buen reporte del mercado laboral en Estados Unidos para febrero, propició que los participantes de los mercados interpretaran que muy probablemente en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed de marzo, ya podría eliminarse el término “paciente” en el comunicado respectivo, y que por lo tanto el primer incremento de las tasas podría darse entre junio a julio. Esta interpretación desquició a los mercados.

La Fed está enredada en una trampa. Si el mercado laboral ha mejorado junto con la actividad económica, ya no se justifica mantener la tasa de referencia en los niveles mínimos en que se encuentra. Si aumenta las tasas, arrancando un ciclo de largo plazo de normalización de las mismas, en estas circunstancias puede originar fortalecimiento exagerado adicional del dólar. Podríamos ver, por ejemplo, al euro en 0.80 dólares. O en México podríamos ver una cotización del dólar a 17 pesos. Esto tendría varias consecuencias: los precios de las materias primas seguirían bajando, las tasas de interés subirían en todo el mundo, las bolsas bajarían, pero lo más grave es que la manufactura norteamericana perdería competitividad, lo que podría enfriar su economía.

De aquí que el anuncio realizado el pasado miércoles 18 de marzo por Yellen ha sido muy bien recibido por los mercados. Resulta que sí le quitaron el término de “paciente” al comunicado del Comité de Mercado Abierto, pero redujeron sus pronósticos de crecimiento, tanto para este año como para 2016, y sobre todo, evidenciaron su preocupación por la sobrevaluación del dólar y su efecto en la competitividad de las empresas americanas. En los últimos días el mercado cambiario en México ha registrado cotizaciones en el interbancario ligeramente debajo de 15 pesos por dólar, las tasas de interés en pesos han vuelto a bajar y la bolsa ha subido.

El Banco de México también está metido en un dilema: su mandato es sólo de control de la inflación, no es un doble mandato, como el que tiene la Fed, de control de la inflación y procuración del pleno empleo. Si Banxico le mete la mano al tipo de cambio, bajándolo artificialmente, le saldrá contraproducente. El peso mexicano es la moneda emergente más líquida del mundo, y los especuladores globales se aprovecharían de la circunstancia. Banxico no puede apreciar al peso artificialmente cuando todas las monedas se están devaluando contra el dólar. No podemos perder competitividad, mientras los demás la están ganando. Lo único que está creciendo en nuestra economía es la manufactura exportadora.

Si Banco de México sube las tasas de interés puede frenar la depreciación del peso relativamente, pero esto va a pegarle al crecimiento y a las finanzas públicas, ya que el Estado tendría que pagar mayores intereses por su deuda.

Hasta hoy, la depreciación del peso no se ha contagiado a una mayor inflación de los productos finales. Las empresas están absorbiendo el incremento del dólar con un menor margen. Pero hay algún nivel del tipo de cambio que puede generar una espiral inflacionaria. La medida anunciada la semana pasada de ya no acumular reservas internacionales, pero tampoco disminuirlas, con las subastas por un total de tres mil millones de dólares está en el justo medio.

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